Apacigua las entrañas de mi moral
Atrayendo por fin la calma en este corral
Una última calamidad se expande por mi mente: la creación
Así la palabra se vuelve plaga y bálsamo
Freno el pensamiento en vano
Ahora mi mente patina entre pantanos
me hunden ldazales de reflexión
Este poema me ahorrará ser ignífugo
Dejar de danzar con tantas farragosos trabas
Arder en mi mientras florecen palabras
Aletargan en extraños ritmos n distante encuentro
Mi presión se tranquiliza entre la incertidumbre
El tacto del eterno silencio lo llenó
con la fuerza de un secreto anhelo
Me mola la cantidad de figuras sinestésicas que usas en este poema. El problema es que siento perdido entre bifurcaciones de tu creatividad azul.
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Releyéndolo, he reconocido la alegoría socialmente conocida como “cuando escribo entro en trance” que me recuerda a la peli Barton Finch, o la más reciente Soul de Pixar. Esta guay, siento que he ido recogiendo las migas de pan hasta la casa de las golosinas.
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