Como una lejana estrella, siempre se sufre al perder sin previo aviso a uno de sus mayores y mejores rayos, que misteriosamente ha decidido escapar. Ahí no solo cede una extremidad, sin luz vital que siempre guía e ilumina. Solo queda desearle suerte a su viaje.
De forma paradojica, si dicho rayo decide volver al punto de origen, allí su madre, la estrella ya no estará. Seguramente y a su pesar, este cuerpo celeste-que solo espera un brillante reencuentro-se ha visto obligado a mantener un rumbo inexorable y ya marcado. Aunque este destino, trabajo o maldición, no fue elegido por la estrella.
Por suerte, TAL VEZ se encuentren en algun eclipse, y si corona brillante otro cuerpo celeste intentanr-pues solo eso queda-que no duela.
La maldita y casi eterna vida de la estrella: lanza sus vínculos más íntimos para dar vida a otros, enfriándose poco a poco para dar calidez. Nunca dirá VUELVE POR FAVOR; pues ni sabe ni puede. La estrella siempre obligada a BRILLAR, ya sea en pura apariencia, no se puede permitir un apagón ni reducirse o la vida que de Ella depende moriría…
A veces, la Estrella sería la primera en fugarse a la aventura del espacio desconocido como sus hij@s. Viaje perpetuamente cancelado, tiene un ecosistema entero que mantener. Tal vez su cuerpo desvista de lo celested y se agarré a la Muerte. Vea ese lejano mundo que desde la distancia ha visto tantas veces.
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